domingo, 22 de febrero de 2009

Sé que debería ser yo quien te consuele a ti, y no tú a mi. Sé que debería ser yo quien te ayude a ti, y no tú a mi, pero como te podré ayudar, si yo no me ayudo a mi. Cada vez que te hablo te pido la misma cosa, de todos los días, es algo que realmente necesito para vivir, es algo que realmente quiero tener. Me siento sola, pero sé que no estoy sola, pues tengo mucha gente a mi alrededor, pero no tengo a mi lado, la persona a la que te pido, no se cual es su nombre, ni tampoco sé como es, sólo sé que en algún lado está y necesito de Ti, para encontrarla, pues sin esa persona estoy muy sola. No debería hacerlo, pero necesito pedírtelo nuevamente. No tengo derecho a pedirte nada, pues no he sido buena contigo, no he cumplido contigo, pero debo recurrir a Ti, pues sé que tu me ayudarás. Recurro primero a ti, antes que comenzar mi búsqueda yo sola, pues estar sola en algo, estar sin ti, es inútil, por eso recurro a ti primero, para que tú me ayudes a seguir, recurro a ti, para que me des fuerza de continuar, para que no me dejes desanimarme, para no sentirme más sola de lo que me siento. Siempre te pido lo mismo, y ya solo eso te pido ahora, tal vez sea muy egocéntrica, pero es lo que siempre he deseado, y nunca he tenido, no es algo material, pues no te pido dinero ni joyas, sólo te pido un amigo, en quien pueda confiar, quien me pueda ayudar, a salir de esta triste soledad. No creo poder comenzar solo, por eso recurro a ti, pues sólo tu sabes cuanto deseo a ese amigo que busco. Deseo tener un amigo que me enseñe lo que es la amistad, que me muestre a vivir sin vanidad, sin timidez, sin temor. Quiero un amigo que valore la amistad, que me enseñe a valorarla. Un amigo que me estime por quien soy no por lo que pueda darle o pueda ofrecerle más que mi amistad.